Un carmeleado, a su mujer
El divorcio, le pidió
Pues él quiso dejar de padecer
Y ya divorciado, de Carmelo se olvidó
Y tuvo que buscar donde irla a meter
En Carmelo se quiso convertir
Con tan mala suerte que ni la bruja le salió
Por lo que, a la muñeca de inflar, tuvo que acudir
Y vean ustedes lo que le pasó
cuando a la muñeca se encumbró
como un avión se le vio salir
cuando ésta se comenzó a desinflar
este carmeleado no se acordó
al club de los carmelos asesoría pedir
un carmelo no se deja achicopalar
y las reglas de buenas prácticas debe seguir
Hacer el amor es un arte que todo hombre puede (y debería) aprender.
ResponderEliminarTú tienes el potencial para convertirte en el amante que siempre has soñado ser. No hay nada que te lo impida salvo la falta de conocimiento. Hacer el amor es algo que se hace por naturaleza, por instinto. Sin embargo, es necesario aplicar ciertas técnicas que, como cualquier gran artista te dirá, son necesarias para conducirnos a la maestría en el desarrollo de nuestro arte.
¿CUALES SON LOS SECRETOS DE UN GIGOLO?
ResponderEliminarEn todos los años que me dediqué a dar (y recibir) placer a las mujeres, una de las quejas más comunes que escuchaba era: "Mi marido no sabe hacerme el amor como a mi me gusta" o "Antes de que me de cuenta de lo que estoy sintiendo él ya acabó, entonces se da la vuelta y se duerme" o peor aún: "Todos los hombres son muy brutos para hacer el amor, deberían aprender algo de nosotras las mujeres."
Comencé mi vida sexual a la muy temprana edad de 7 años. Mis primeras lecciones sobre sexualidad fueron sobre el sexo oral (a los 7 años no tenía mucho "material" para otra cosa), con el tiempo mis "lecciones" se fueron dirigiendo hacia cosas con un grado de dificultad cada vez mayor, pero desde la primera vez que probé el sabor de una mujer, se quedó impregnado en mi para siempre. A pesar de mi corta edad, yo prefería ese placentero "juego de adultos" con la vecina que me "estrenó" que jugar carritos o escondidas con amigos de mi edad.
ResponderEliminarLa mayoría de las veces recibía unas cuantas monedas a cambio de mi silencio, cosa que no era necesaria porque yo hubiera guardado silencio gratis con tal de no dejar de disfrutar de esa nueva experiencia que era tan placentera. Obviamente que las cosas no marchaban muy bien en la cabeza de esa vecina que, prefería un niño de 7 años que a su propio marido o cualquier otro hombre que estaría más que complacido de hacerle el favor. Lo más curioso es que llegué a encontrarme otras más con el mismo problema mental de mi vecina (¿Karma?). Después de 10 años mi vecina se mudó y jamás volví a verla, pero sus enseñanzas nunca las olvidé, y fueron de gran ayuda cuando, después de la adolescencia tuve que encontrar financiamiento para continuar mis estudios.
ResponderEliminarMucho de lo que sé lo aprendí de libros y cursos que tomé sobre tantrismo y taoismo, sin embargo la mayoría de mis secretos sobre sexualidad los aprendí de las mismas mujeres. Primeramente de mi vecina que a los 12 años me enseñaba ejercicios tan extraños como pelar una uva en la boca con los puros dientes sin dañar la pulpa. "Cuando logres hacerlo - me decía - sabrás "mordisquear" el clítoris sin lastimarlo."
ResponderEliminarPara más información me pueden ubicar en:
ResponderEliminarhttp://www.secretosdeungigolo.com/
Este gigolo se equivoco de pagina o bien puede crear una solo para los gigolos, ya que carmelo y gigolo se excluyen.
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